jueves, 17 de mayo de 2012

RIGUROSAMENTE VIGILADOS


Para este breve análisis de la semana partimos de un esquema de análisis que considera que la batalla cultural, hoy en día, se da - fundamentalmente- en los Medios de Comunicación. Ellos  condicionan el hacer de la polis y han ganado para su causa a la mayor parte del espectro (nunca mejor aplicado este término) políitico. Son eje del debate de la sociedad; superan, por su alto impacto, a la docencia y a la religión como constructores del conocimiento y las creencias. De la formación de los mitos y realidades de cada sociedad.
AL GRANO
El dispositivo ideo-tecno-económico-mediático que opera a través del sistema de Medios, sobre la base de datos e imágenes irrefutables de la realidad construyó un escenario destinado a esmerilar la relación de poder entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la sociedad que le otorgó el 54 por ciento de los votos hace apenas cinco meses.
La tragedia de Once, sucedida criminalmente cercana al salón de Cromañón, es el eje utilizado para intentar que reaparezcan en el imaginario colectivo las dantescas escenas y los operativos y movilizaciones que lograron la caída de Anibal Ibarra.
Los Medios, que intentaron semejar las cacerolitas sojeras, con las movilizaciones y el hartazgo de la sociedad por los planes de ajuste y privatizaciones  y el corralito cavallista, hoy tratan de construir consecuencias del crimen de Once similares al postcromañón.
Amplifican declaraciones desafortunadas con imágenes de muertos, heridos y sobrevivientes buscando que toda la comunidad se identifique con ellos y que de allí surja un masivo repudio al gobierno de Cristina.
La movida de Mauricio Macri va en esa línea, es una movida mediática similar a las que, diariamente, le armaban a De Angelis en Gualeguaychú.
Y en ese camino irán engarzando temas que sumen a ese contenido, tal como lo hacen Mariano Grondona y Morales Solá en La Nación o Susana Viau, Borenstein, Van de Kooy o Julio Blank este fin de semana en Clarín.
El objetivo, no es el de mostrar el desacuerdo con frases poco fortuitas sino con la dirección que tiene el Modelo que desde el Estado construye y reconstruye diariamente Cristina Fernández de Kirchner. Ningún ser humano puede decir todo el tiempo frases acertadas, pero si puede, como lo hace Cristina, mantener la coherencia política  desde hace más años de los que lleva su gestión.
Es la misma presión mediática la que, una vez obtenida la declaración de Hugo y Facundo Moyano, Hugo Yasky o cualquier otro integrante del campo nacional y popular, la utiliza para sumar descontentos y pintar a una Cristina criticada alguna vez por el "doble comando", luego por su  "incapacidad para gobernar" o también como una "paciente con trastorno bipolar", en la conductora al mando de una "banda camporista  que se encierra en el palacio sin ver la realidad." Ese relato se condice con una secuencia que termina en la construcción de la locura, de " la loca."
Por eso, si bien es cierto que los trenes y todas las privatizadas deberían estar "rigurosamente vigiladas" previo a su reestatización social, también es cierto que aquellos que integramos, desde hace mucho tiempo el campo nacional y popular, debemos extrememar el pensamiento crítico. Una exigencia de honestidad intelectual que nos impida hablar con el pico caliente, evitando así ser agua tirada  en el cuenco -siempre abierto- de quienes, desde el dispositivo, esperan (todo el tiempo) encontrar el punto de cocción que les permita recuperar el control del Estado para las corporaciones.

Néstor Piccone.

04/03/2012

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