martes, 29 de mayo de 2012

LA FOTO DEL MARTÍN FIERRO

La televisión argentina siempre le dio valor nacional a los canales porteños.

En el año 51, Perón puso al aire el Canal 7 desde una política pública de comunicación estatal que incluyó la agencia de noticias Télam y hasta una Ley de comunicación. Tras el golpe de Estado, intitulado Revolución Libertadora (?), en los años 60,  el modelo de cadenas de EEUU copó el mapa comunicacional argentino definiendo de una vez  (y está por verse si para siempre) que Buenos Aires impusiera a todos los televidentes argentinos los noticieros, las novelas, el humor, un modelo de vida hecho en el puerto.

Fueron el 13, el 11 y el 9 las cabeceras nacionales de esas cadenas, ya que legalmente son canales de la ciudad de Buenos Aires. Conviene de paso aclarar que el 13 no es de Clarín ni Telefé de Telefónica, y el 9 no es del mexicano González; son licencias con fecha de vencimiento, que se adjudicaron por 10 años en el proceso de privatización menemista, prorrogadas por 10 años más en el 2005.

La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual promulgada por Cristina  Fernández de Kirchner, además de cortar con la creciente monopolización de medios vino a ordenar este mapa;  y el fallo de la Corte Suprema de Justicia, poniendo fecha tope al proceso de adecuación a la Ley, ayuda a redoblar el paso para redefinir este modelo cuasi monopólico.

La 42 entrega de los Premios Martín Fierro es una foto que además de poner en foco la hegemonía del 11 y el 13 sirve para observar el estado de situación de la batalla cultural.

El Grupo Magnetto, que este año ganó la difusión de la entrega de premios, mostró al aire sus debilidades y fortalezas.

Lo más notable fue la presencia de Marcelo Tinelli, dominador absoluto de los rating televisivos. Sin la presencia de esta figura el Grupo no tendría mucho para mostrar. Tinelli no solo abona medio año de pantalla sino que también con sus subproductos cubre tardes y noches enteras de la programación de todo el año.

Los Martín Fierro estuvieron en línea con la tarea que el Grupo realiza para imponer sus programas: a quien le pide el programa de Tinelli, Clarín  le exige la compra de un combo que incluye sus programas de noticias, o sea la línea editorial completa, a la que ahora se suma su nueva adquisición: Jorge Lanata.

Los discursos de periodistas y conductores mostraron la disciplina que el Grupo exige. Como soldaditos repitieron el slogan que intentan imponer: queremos preguntar.

Por suerte Reynaldo Sietecase pudo expresar la diferencia. Reconoció que es difícil hacer periodismo en radio y televisión en estos tiempos y  exhortó a sus colegas a  buscar respuestas no solo en la conducción política del gobierno sino investigar también sobre el poder económico y les aconsejó a  no mimetizarse con  los grupos que los contratan.

La foto de los Martín Fierro, más allá de las intenciones de APTRA, de Clarín y Telefé muestra los puntos de fractura. No todos repiten el discurso de los sectores hegemónicos. Y habría que preguntarse qué sería del Grupo Clarín sin Tinelli.
La foto desnuda otro de los distintos ámbitos donde se despliega la batalla cultural, la batalla por las ideas: Clarín es la expresión de un planteo político, económico y cultural que se impone como discurso dominante ya que  más del 60 por ciento de los argentinos que quieren ver televisión tienen que abonarse al cable concentrado por el Grupo.

La foto muestra que Clarín no es un medio sino un dispositivo político-económico-mediático. Juega a la prensa mientras conduce intereses económicos transnacionales y además juega en política con distintos partidos políticos.

Clarín siempre hace demostraciones de poder. Como sé vio en la noche del Martín Fierro manipulando premios como el de Gasalla y El Puntero- para quedarse con el brillo que da el cierre del programa.

Y como la vida (virtual) es casi un concurso permanente, a la hora de los premios algunos como Gasalla, Julio Chavez, Lito Cruz, Leticia Brédice, JJ: Campanella, Mercedes Morán, Jorgelina Aruzzi, Omar Cerasuolo, Marío O´Donell, Sietecase, Matías Martín o el mismo Tinelli logran el reconocimiento de Fierro por su capacidad de trabajo y/o talento.


Néstor Piccone

domingo, 27 de mayo de 2012

LA LEY DE MEDIOS Y EL DOLAR

Con una presidenta asumiendo día a día con más fuerza el liderazgo del proyecto nacional y popular (pero avisando que nadie es eterno), la Corte Suprema de Justicia, por unanimidad, movió una pieza clave en el tablero de la aplicación de la Ley de Medios.

La palabra de la presidenta Cristina Fernández resulta cada vez más esperada. Y el 25 de mayo en Bariloche hizo honor a esa expectativa. Habló de los temas de la semana pero sin abandonar la perspectiva histórica: el dólar y los agoreros de siempre; Angola y la lucha por la independencia reivindicando a negros, mulatos y pueblos originarios. Recordó para propios y extraños cuales son las ideas que la sostienen y por dónde va la cosa. Explicó de qué se trata vivir con lo nuestro.

Juan Manuel Abal Medina defendió la necesidad de la Ley de Medios para enfrentar las mentiras diarias de los Medios.

Clarín, la Nación y Perfil volvieron con la agenda con la que intentan demoler el poder acumulado en los últimos años por el campo popular de la mano de Néstor y Cristina Kirchner. Boudou y el dólar blue están en la cima de esa tabla. Lanata brilla en un cielo sin estrellas con 20 puntos de rating apoyado por el aparato de Clarín. Y ya se viene Tinelli, mientras Telefé domina con la ficción. Boca avanza en todas las canchas, mientra River duda.  Y la nave va...meciéndose en las turbulentas aguas de la batalla cultural.

La desmonopolización no es un hecho legal. La acción de desmonopolización no es tarea de una sola persona, ni institución. No es responsabilidad de un solo actor. Nada nos garantiza que los espacios que se abren serán ocupados por una multiplicidad de nuevas voces.

Como bien apuntó la Corte Suprema, a Clarín poco le importa la libertad de expresión, lo que no quiere  es perder el negocio que implican los abonados al cable que concentra en todo el país. Ese es el fondo de sus presentaciones. Más de la mitad de los argentinos que quieren ver televisión dependen de los cables que maneja el Grupo.

Por otro lado las organizaciones sociales, sindicales, de pueblos originarios, microempresas, cooperativas y comunitarias que bregan por entrar a las grandes ligas de la comunicación tienen dificultades organizativas, de persona jurídica y hasta de concepción para romper culturalmente la concentración.

La Corte Suprema fijó el 7 de diciembre de 2012 como último plazo para que Clarín presente su plan de adecuación a la Ley. En paralelo los demás Grupos deberán hacer lo mismo; por su parte el Estado debe trabajar con hipótesis reales sobre la construcción del nuevo mapa de medios y las provincias, los municipios, las universidades, las microempresas, los sindicatos deberán construir las alianzas necesarias para ocupar el espacio. No será una tarea fácil. Es una batalla  (cultural) y aunque el tiro de la Corte fue certero nadie debería dormirse en los laureles.

El mundo enfrenta una de las crisis económicas más profundas. El gobierno de Cristina, en 2008 como lo hace hoy, supo enfrentar la caída financiera a escala universal con una batería de medidas a favor de mantener el trabajo y la producción nacional. No es el camino elegido por los líderes neoliberales que encabezan Merkel y Obama, ellos siguen imponiendo el dogma neoliberal que se comió millones de puestos de trabajo en la era Menem-De la Rúa. Exigen ajuste interno a los países como Italia, España o Grecia mientras protegen su economía cerrando sus fronteras económicas. Aunque Argentina no está en esa agenda, los gurúes criollos siguen promoviendo  planes de ajuste, dólar libre y  apertura económica. Funcionales al régimen internacional, los periodistas del Grupo CNP trabajan consciente o inconscientemente para lograr ese objetivo. Por eso exageran una corrida cambiaria y azuzan a la gente con el dólar.

La aplicación de la Ley de Medios no termina con las mentiras, pero si logramos que las voces se multipliquen, que la agenda mediática incluya a todas las provincias, que la página internacional vuelva a informarnos de lo que pasa en el mundo, estaremos contribuyendo a que un pequeño porcentaje de argentinos que corre tras el dólar no se lleve puesto a millones de argentinos que nunca vieron ni verán un dólar.


Néstor Piccone

lunes, 21 de mayo de 2012

LANATA EN EL ÚLTIMO PELDAñO

Un día de aquellos que vieron amanecer la Ley de Medios, Ernesto Tenenbaum por Radio Mitre, consideraba como uno de los puntos negativos del Proyecto aquel que impedía la consolidación de cadenas nacionales.

Ernesto sostenía que con la ruptura de las cadenas mediáticas (un eufemismo que esconde la imposición porteña de contenidos) el crimen de María Soledad en Catamarca nunca se hubiera esclarecido (?). El argumento parecía creíble, si un conflicto no se nacionaliza, es muy difícil que alcance alguna resolución. Polarizando comunicación con política, Tenembaum introducía un eje falso para mellar la posibilidad de aprobación de la Ley.

Pero Ernesto no decía que, si los intereses de los grandes medios centralizados y hegemónicos se ve atacado por la información de una provincia, la cadena nacional privada no se pone en marcha. La lógica y la historia demuestran que los Medios hegemónicos deciden instalar sus cámaras, periodistas y micrófonos -en una provincia- sólo si el tema sirve para esmerilar a la política.

Con la posibilidad de reelección de Carlos Rovira para la gobernación de Misiones, los Medios se instalaron en Posadas y nacionalizaron lo que para ellos sigue siendo un conflicto: la continuidad de políticas públicas atadas a los intereses populares y además la posibilidad de que ese tema se instale nacionalmente. Con Rovira, los grandes grupos económicos que pujan por recuperar el control del Estado, le dieron una paliza a la democracia e instalaron de una vez y por un tiempo que en la Argentina nadie puede ser re-reelecto. Hoy, en Misiones Rovira es uno de los políticos más influyentes y sus propuestas inciden favorablemente en el desarrollo misionero. Pero para los Medios ese no es un tema.

Los medios no discuten políticas, convierten los temas en polémica.

Por estos días cuando Pedro Blaquier, es convocado a la justicia por su involucramiento en crímenes de lesa humanidad, las cadenas de Medios (que bien defiende Tenenbaum) no trasladan a Jujuy, ni un periodista para cubrir los secuestros y asesinatos del Ingenio Ledesma. No es un tema, y la negación del mismo es la política mediática.

Un domingo, de hace no más una decena de años; el periodista Martín Caparrós, integrante del equipo que conducía Jorge Lanata, me alentó a que si su jefe me daba micrófono aprovechara a denunciar a los grupos económicos, ya que según Caparrós el “gordo nunca quiere tocar esos temas”. Lanata denuncia la política no a los grupos económicos concentrados, sostenía Caparrós. En aquel momento, 1999, Lanata aparecía como un periodista militante y progresista. Quien esto suscribe nunca adhirió a esa visión, Lanata fue y será un lúcido publicista que sabe para donde va la política y como buen liberal se acomoda al lado del poder real.

Por estos días los grupos económicos concentrados y sus voceros mediáticos descubren que están en problemas. Los políticos que suscribían sus posiciones, ya sea porque perdieron representatividad medida en votos, por desgaste o porque algunos se avivaron que seguir la línea temática de la tapa de Clarín no siempre suma, dejaron de ser los chirolitas de Magnetto.

Es así que en las últimas semanas asistimos a una diversificación de voces en los medios que ya no surgen de la política. Son los propios periodistas del régimen los que se constituyen en amplificadores. Sin demasiada imaginación, Lanata, que pretende liderar el lugar que ocupaban Lilita y Duhalde, copiando poses popularizadas por Tato Bores intenta remedar las luchas por la democratización de los medios de las que participaban cientos de organizaciones populares poniendo en la pantalla a un grupo de periodistas a pedir… conferencias de prensa!!!

Una idea que trabaja Proyecto Copla habla de que no hay comunicación sin política ni política sin comunicación.

Los periodistas del sistema (de medios concentrados) confunden temas con política. Pero con los últimos acontecimientos acaban de subir al último peldaño de la espectacularización de la noticia, no informan ni comentan, son los nuevos startsystem. Un lugar de donde (como del ridículo) es muy difícil volver.

IN MEMORIAM Caloi murió trabajando en Clarín sin vender sus personajes al Grupo. Una lección para propios y extraños.


Néstor Piccone

20/05/2012

viernes, 18 de mayo de 2012

LEYES QUE EMPODERAN

Para  los Medios del sistema monopólico, el tema de la semana es la carrera sucesoria de Cristina; para los otros: las revolucionarias reformas legislativas y la unanimidad política a la hora de votarlas.

El quiebre entre la realidad virtual y la vida comienza a ser cada vez más pronunciado.

La agenda de la gente, seguramente, incorporará  temas de un lado y de otro pero terminarán pesando los que resulten más próximos a sus propias vivencias. El debate y aprobación de leyes que promueven  un  mejor vivir y un morir en paz, está sin duda más cerca de la gente que la manipulación que plantea el mercado preocupado  en aniquilar todo lo que el gobierno trabaja en la onda de sintonía fina.

Esta semana los Medios del Mercado, en su afán de no perder poder sumaron incredulidad;  no hay lector que soporte (sin enfermarse)  llegar al final de un párrafo con una conclusión diferente al enunciado inicial.

En la lógica binaria que manejan, al mismo tiempo arman colectivos humano-políticos  con Biolcatti, Moyano, Scioli, Macri, Caló, Massa mientras que por otro lado unifican a La Cámpora, Mariotto, Andrés Rodríguez y Viviani obedeciendo a pie juntillas lo que maquiavélicamene propondría una presidenta aislada y sin contacto con la realidad. Se olvidan que  la realidad es bien compleja y que cuanto más se diversifica el hacer político de Cristina Fernández y su gobierno se reduce el impacto de la interpretación mediática.

Las provocaciones fascistoides de Biolcatti se reconvierten en el relato oficial del mercado. Y con una pretendida épica se presenta a  un líder campesino al que una  horda de jóvenes (¡¿forzudos?!) le impide el ingreso al Palacio de Invierno. Muy bizarro.

El ritmo de la noticia, promovido desde la usina de medios del Mercado, resulta imposible de seguir y cuesta encontrarle la lógica. La línea se pierde mientras Amado Boudou sigue cerrando votaciones con aplausos masivos frente a senadores que, acercándose a una agenda con la que ganan votaciones y respeto, se alejan de otra que los emparenta con el Grupo Clarín y la defensa de la ignota  Boldt; mientras Ciccone ya comienza a imprimir lo que el Estado necesita.

Las Leyes no cambian la relación de fuerzas pero empoderan a quienes están dirigidas. Eso está sucediendo por estos días con la Ley de Medios.

A través de Alfredo Sccocimarro, secretario de Comunicación, la Coalición por una  Radiodifusión Democrática unificando sus posiciones presentó una serie de propuestas destinadas a la efectiva aplicación de la 26.522.

La Ley de Medios es bien compleja. Si bien va por la desmonopolización  y en ese punto tiene algunas herramientas frenadas en la Corte Suprema de Justicia, existen otras acciones que requieren coordinación entre Estado y sociedad civil y voluntad política mutua para aplicarse.

La desmonopolización demandó una legislación acorde pero también y fundamentalmente exige organización y unificación de personería por parte del archipiélago de representaciones que la enfrentan. El lugar que deja el monopolio debe ser cubierto por la multiplicidad de voces y empresas en construcción. La Ley de Medios  legalizó (no más) el espacio del 33 por ciento para las microempresas, las cooperativas, los sindicatos, los pueblos originarios.

Pero no se puede enfrentar a los Grupos sin organizar lo diverso y esto siempre lleva tiempo. En ese punto está la Ley de Medios. Con un trabajo intersectorial, transdisciplinario y en un ámbito de pluralidad el llamado “chiquitaje” que ganó en legalidad se pone en condiciones de ayudar a aplicar la Ley.

Abandonando la actitud peticionante, convirtiendo su militancia en acción concreta con  propuestas propositivas, la Coalición puede inyectarle a la democratización de los Medios el insumo que estaba faltando.

Sin disputar agenda, pero ganando las posiciones que en algún momento (no muy lejano) le permitan a los argentinos elegir los temas que le interesan, esos que esta semana le dieron continuidad a la nacionalización de YPF, posibilitando que uno pueda elegir su identidad y la forma de terminar la vida sin las intromisiones onerosas del mercado.


Néstor Piccone

14/05/2012

VENCEDORES Y VENCIDOS EN LA SEMANA DE YPF

Esta semana es de alegría, de celebración: YPF no es más una empresa multinacional, es nuestra.

Los representantes del pueblo votando masivamente la expropiación-nacionalización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales no sólo volvieron a poner a la Argentina en el camino de la independencia sino que además le infringieron una nueva derrota al tándem Clarín, La Nación y Perfil.

Definida la etapa por la disputa de la agenda, la comunicación y la política del gobierno les volvieron a ganar, inclusive en su mismo terreno. El spot de Malvinas y la actitud de la embajadora Alicia Castro (convirtiendo en noticia mundial una simple pregunta) demostraron cómo se puede quebrar el relato hegemónico por sus mismos Medios.

Pero la batalla cultural, planteada en términos pacíficos, nos obliga a redoblar los esfuerzos semana a semana y a profundizar la línea que plantea la presidenta aumentando ideas y acciones con audacia y creatividad.

Lo reafirmamos una vez más: la pelea no es contra el tridente mediático, es contra un dispositivo que se despliega a escala mundial. Lo dijo el Chivo Rossi, lo ratificó Cristina: el enemigo son las corporaciones, “Cuando el mundo andaba bien, las empresas estaban alineadas con los intereses de los países. Cuando las empresas se desprendieron de los intereses de sus países fue finalmente cuando esos países implosionaron.”

Si las denuncias mediáticas contra Axel Kicillof renovaron el interés por Carlos Marx, me atrevo a acercarle a esa cohorte de tilingos la figura de Vladimir Ilyich Lenin que a principio de siglo pasado denunció lo que Cristina con gran valentía enfrenta, “la etapa superior del capitalismo.” A finales de los 60 las grandes empresas petroleras comenzaron a imponer su interés por sobre los Estados Nación, incluido EEUU; buscando una mayor tasa de ganancia sin importarles el destino de los países donde tuvieron origen. Eso les permitió a varios Grupos concentrarse y obtener mayor rentabilidad que la de muchos países del planeta.

La Shell, la British Petroleum están en ese lote; la multinacional Repsol, con la confiscación vía parlamentaria que en los 90 hizo de YPF, buscaba ese podio.

Cristina, con una alta dosis de coraje, la misma con la que encaró la lucha por la Ley de Medios, quitó de cuajo ese sueño a una empresa sin patria y la puso en línea con el paradigma nacional. A la inversa del Rey de España o de los ingleses y yanquis que invaden países en beneficio de las multinacionales, la presidenta refunda una empresa nacional.

“Estamos en una guerra económica, en una guerra de la información y gracias a dios no en una guerra militar” dice hoy el asesor de la OTAN Aymeric Chauprade quien además para incredulidad del periodista aclara que no ve a la Argentina aislada del mundo; al contrario cree que “el hecho de que su país (el del periodista) resista la globalización es algo bueno… Argentina tiene ventajas, cualidades en términos de educación, de cohesión social como para convertirse en un jugador importante…” Clarín (Confesión de parte del 6.05.2012).


Néstor Piccone

06/05/2012

OBREROS, SIN MOVIMIENTO NI ORGANIZACIÓN

La alianza  dirigida por Magnetto sufre, por estos días, una etapa de aislamiento político. Los referentes parlamentarios de los partidos, al optar  por  una YPF nacional, recuperaron autonomía política con respecto al poder.
 Según admite Eduardo van der Koy, vocero del CEO de Clarín,  con el apoyo a Repsol   “ es posible que por la crisis en España y en la UE y la inestabilidad  en Estados Unidos termine habiendo más ruidos que nueces por la expropiación de YPF.” (Confesión de parte, Clarín 29.04. 2012).
Será por eso que la alianza económico-mediática esta semana insistirá con un tema: el caso Boldt-Clarín contra Ciccone. Nos queda la duda si el magnettismo  se atreverá a enfrentar la incursión de Cristobal Lopez en los Medios,  habida cuenta de su necesidad de negar la existencia de la LSCA.
Pero Cristóbal Lopez (quien para su ingreso a las grandes ligas deberá respetar la Ley) no es el único que por estos días intenta entrar al sistema de Medios; la Coalición por una Radiodifusión Democrática también pretende avanzar sobre los espacios del 33 por ciento establecidos por la misma 26.522. Así lo entendió el gobierno cuando   Alfredo Sccocimarro abrió un espacio de debate y propuestas que los representantes del 33 por ciento, más las pymes y los pueblos originarios deberemos aprovechar.
Pero hay un tema que la alianza mediática no quiere analizar en profundidad. Tan proclive a espectacularizar la información; con el 1° de Mayo la línea editorial pasa por cargarle a Cristina  un “intento de disciplinar al movimiento obrero buscando entronizar al metalúrgico  Antonio Caló por sobre Hugo Moyano en la CGT  y a La Cámpora y el Movimiento Evita en la calle.”
La falta de una  masiva celebración de los trabajadores no fue responsabilidad  de Cristina, sino  de la falta  de una expresión unificada del movimiento obrero. La CGT, que integrada al proyecto nacional en desarrollo, aparecía como el espacio para reconstituir el poder de la clase en un solo sujeto, hoy aparece diluída.
 Si bien hay distintas formas de llevar adelante el proyecto que, hundiendo sus raíces en el peronismo,  une lo nacional y popular con lo latinoamericano; el formato dirigido por Néstor y Cristina se demuestra como el más efectivo y movilizador. Hugo Moyano se confunde al enfrentarlo. Los trabajadores en su mayoría votaron a Cristina y sin obsecuencias no conciben un movimiento nacional sin movimiento obrero.
La dirigencia sindical actual (la de las 3 ó 4 cegetés, las 2 ceteás, y las varias izquierdas)  no expresa al conjunto de los obreros argentinos. Sin formas participativas de resolver las disidencias cupulares, por falta del voto directo y elecciones con padrones inflados, el sindicalismo avanza muy a desgano en el trasvasamiento generacional que  exige y propone a otros frentes del movimiento nacional. Pocos dirigentes sindicales representan a los nuevos actores jóvenes del mundo del trabajo. Hay recambio generacional en bases obreras, pero: tanto desconocen los convenios colectivos que los amparan como repudian los tramposos movimientos que traban su participación sindical.
En los 90 con la privatización, el sujeto clase trabajadora se reconvirtió. Los millones de obreros desocupados se reorganizaron desde el territorio. La CTA que en principio los reconoció, no terminó por incorporarlos al movimiento. El MTA de Moyano los escuchó pero no los integró a sus filas. La CGT menemista directamente los repudió, desconociendo, de paso, que muchos de esos desocupados habían sido afiliados a sus sindicatos de base.
Hoy, con un proceso de recuperación del trabajo, fruto del sinceramiento K de muchas políticas, que como las paritarias, son un derecho adquirido por la clase y cuando  la defensa de la producción nacional entraña la defensa del trabajo, el sindicalismo no expresa la organización de los nuevos trabajadores. Tampoco los trabajadores cooperativizados y de fábricas recuperadas  son reconocidos como integrantes del movimiento obrero, ni aparecen como sujetos sindicalizables.
 La organización de los trabajadores, la integración de la misma como parte constitutiva del movimiento nacional es una deuda de la dirigencia sindical; pero también es una deuda que la democracia, en su conjunto, puede pagar cara si no se actúa con creatividad y participación.
 
 
Néstor Piccone
 
30/04/2012

CRISTINA Y EL BOSQUE

Ningún árbol, por más grosso que sea, puede tapar el frondoso bosque que hoy se expande por la Argentina y el mundo de la mano del proyecto que dirige Cristina Fernández de Kirchner y por las decisiones que toma con un sorprendente manejo de los tiempos (políticos y mediáticos).

Desde la promulgación de la Ley de Medios que no vivíamos un acto revolucionario de tan alto impacto real con incidencia en el simbólico colectivo como el que pudimos compartir el pasado lunes 16 de abril.

Cristina sabe y lo dijo, que la recuperación de YPF trascenderá a las generaciones que compartimos este momento histórico.

CUERPO SOCIAL. La ciencia siempre viene en socorro de las ideas. Esta semana queremos apoyarnos en los aportes del psicoanálisis. Desde ese lugar observamos los padeceres que los argentinos como cuerpo y mente social venimos sufriendo.

Cuando el menemismo, a través de las privatizaciones, introdujo el neoliberalismo en la Argentina, nadie alcanzó a medir las terribles consecuencias que ese modelo nos traería como sociedad, una sociedad ya lacerada por las agresiones del terrorismo de Estado.

Martínez de Hoz-Videla, Alemann-Galtieri con Malvinas, y Menem-De la Rúa-Cavallo con las privatizaciones implican una secuencia inolvidable que se mide en desocupación, hambre, miseria y transnacionalización de la economía. Pero hay más.

La desconfianza entre pares, la pérdida de valores, la desesperanza, la falta de proyectos que permitieran a los jóvenes pensarse en un futuro, la despolitización, la fragmentación del cuerpo social puede reconocerse fácilmente en los ´90.

Pero, ¿qué significaba el Estado para la gente? ¿En qué instituciones se corporizaba? La desaparición forzada de los símbolos del Estado que sin solución de continuidad se concretó en pocos meses produjo un daño inconmensurable en la psiquis de las personas.

SERIES SUPLEMENTARIAS. El ser humano tiene una serie de instituciones en las que se inscribe, que suplementan su ser y su hacer. La familia; la educación y la escuela; la salud y el hospital o la Obra Social; el trabajo; la comunicación y los Medios; el transporte y sus medios; la energía en todas sus variantes: agua, electricidad, petróleo.

Esa serie se trastocó dramáticamente entre 1989 y 1991. La desocupación impactó en la familia, en la salud, en la educación, en los valores. Se cuestionó el carácter público de la educación y la salud. Los monopolios de distinto origen y nacionalidad avanzaron sobre la energía, la comunicación y el transporte. Entel fue Telefónica, la línea aérea de bandera cambio de tal; ferrocarriles dejó de ser FA, YPF se rebautizó Repsol, YCF se diluyó, Agua y Energía y Segba cambiaron, perdieron los colores y la referencia, ELMA no existió más, Astilleros se diluyó y los puertos pasaron a manos extranjeras.

De la noche a la mañana el cuerpo y la cabeza de los argentinos perdieron los símbolos donde podía reconocerse y entonces el perjuicio no fue sólo económico.

El Estado (desaparecido de los 90) era, comienza a ser y será: las empresas que detrás de cada sigla llevan la bandera nacional. No es por falso patriotismo, es desde el campo de la psicología que se alertó (tal vez muy débilmente) que muchas patologías florecieron al compás de la pérdida de estos símbolos que además demostraban la fortaleza económica de nuestro país, que corporizaban la patria, que hacían sensible a la Nación. El Estado es de nosotros, las empresas son ajenas.

CRISTINA. Hoy Cristina con YPF vuelve a dar anclaje real a los conceptos de patria, Nación y país. Y en eso está la grandeza, eso la emparenta con los héroes de los siglos XlX y XX. Y esa es la trascendencia de la renacionalización de la energía porque corrige y al mismo tiempo inscribe en la historia una secuencia que une los objetivos de Moreno y Belgrano, con los de los caudillos provinciales, con Artigas, Gaspar de Francia y Rosas, con Yrigoyen y Mosconi, con Perón, Cámpora y Néstor Kirchner, con la gente, con el pueblo, con nosotros.

NECESITAMOS YPF no sólo para lograr el autoabastecimiento energético, sino para volver a tocarnos y reconocernos en nuestras empresas estatales, la patria vuelve a palparse, está al alcance de todos.


Néstor Piccone

22/04/2012

EL PLAN DE MAGNETTO

Las guerras han sido, son y seguirán siendo un banco de ensayo tecnológico y también de prueba para la resistencia física y psíquica de los contendientes.

Ejércitos con recursos económicos y armas sofisticadas han sufrido derrotas frente a enemigos más pobres pero con mayor inteligencia y fortaleza ideológica.

Las empresas Boldt y Clarín son socias y responden al mismo patrón ideológico. El Ceo de Clarín es uno de los hombres con mayor poder de fuego en el capítulo argentino de la batalla cultural.

Héctor Magnetto siempre fue por todo.

Desde sus comienzos en la carrera por el poder, este contador supo debilitar con informaciones falsas a quienes lo empoderaron desde el desarrollismo y luego en el diario Clarín.

Magnetto está complicado. Para sostenerse depende demasiado de las alianzas políticas y económicas que lo apoyan. Sufre la posible y pronta aplicación del artículo 161 de la Ley de Medios (por él mismo bautizado con el peyorativo “desinversión”) porque sabe que ese artículo es la llave maestra para la desmonopolización. Buen gestor entre las sombras, no pudo ganarle al movimiento nacional y popular y Cristina lo derrotó con el 54 por ciento.

Si bien sigue siendo el eje del dispositivo tecno-económico-mediático; el Grupo Clarín, esta semana, perdió una posibilidad que venía acariciando y auspiciando desde varias portadas: el pedido de licencia o la renuncia del vicepresidente Amado Boudou.

La política, de la mano de Cristina, le ganó la semana, con una jugada audaz pero efectiva desactivó la cohorte de repetidores mediáticos y, cambiando el ángulo, la información se puso en línea con algunas de las cuestiones estratégicas. Desde YPF a la yerba mate, pasando por la cuota Hilton y la interna sindical ganaron el escenario con un golpe de efecto importante y magistral de Cristina.

Así como en octubre de 2005 los Medios, dirigidos ideológicamente por Magnetto, hablaron del fracaso de la cumbre de Mar del Plata (la que enterró literalmente el ALCA) hoy no dan abasto para jugar con España en contra de los intereses estratégicos de Argentina. Desde antes de la privatización estaba claro que la misma pondría al borde del desabastecimiento energético a la Nación.

Magnetto necesita otro mundo por eso juega con la posibilidad del enojo de EEUU para atemorizar a los argentinos. También agranda las posibilidades de sanción que la Unión Europea podría utilizar y entonces la va contra Guillermo Moreno. Poco le importa a Clarín la defensa de la producción y el trabajo nacional. El asunto es minar la estima y la confianza de quienes apoyan al modelo económico, social y cultural que encabeza Cristina.

Magnetto necesita tiempo. Tiene que ganar las elecciones del 2013 para volver a poner el candidato a presidente como lo hacía hasta que llegó Néstor Kirchner.

Esa es la madre de todas las batallas para el CEO. No desmonopolizarse y tener el control del poder mediático. Por facilismo, impericia o pereza intelectual, cuando no por un sueldo (como sucede hoy con Jorge Lanata) todavía hay fuerzas sociales, políticas, sindicales, culturales y económicas que entre los intereses de la Nación y los del Grupo, prefieren rendirse al Grupo.

Detrás del Grupo están: la dependencia tecnológica y económica, la desinformación y por lo tanto mayor pobreza, inseguridad y desocupación. La línea es defender a Repsol para que pueda seguir saqueando el subsuelo energético, a EEUU para imponer sus condiciones económicas y políticas, a la Unión Europea y los fondos buitres para que esquilmen los bolsillos de los argentinos y a los Grupos Económicos para que sigan haciendo negocios como sucede con su socio Boldt. Esa es la bajada de línea que hace el Grupo desde sus diarios, radios y canales de televisión. Como se ve al contador Magnetto poco le importan el derecho a la información y la libertad de expresión.

Esta semana la Coalición vuelve al ruedo, para que se aplique la Ley, no haya monopolios y que entre todos discutamos como se hace sostenible un modelo de comunicación que nació comercial y de a poco se fue convirtiendo en monopólico y centralizado. O sea la madre de todas las batallas, la cultural-ideológica y en esa, cada uno debe elegir el lugar que quiere ocupar.


Néstor Piccone

15/04/2012

BOUDOU

Bajo la gestión presidencial de Carlos Menem, con un grupo de sindicalistas de la comunicación alertamos al entonces Secretario de Medios Fernando Niembro, que con la entrega de Canal 13 al grupo Clarín y la privatización de los canales y radios se abría un camino que sometería la política a la discrecionalidad mediática.

Niembro nos contestó lo que Menem creía: que el presidente no necesitaba los Medios porque, aún privatizados, podría aparecer en ellos cuando quisiera.

En Estados Unidos, cuando el Servicio Meteorológico anuncia que al día siguiente hay probabilidad de tornados la gente tiene que estar atenta a la radio y la televisión.
Los Medios están comprometidos con un mecanismo que defiende la integridad de las personas y de sus bienes.

Apenas un par de años atrás, gracias a la valentía de Cristina Fernández de Kirchner, se discutió y promulgó una Ley de Medios que al tiempo que derogó la Ley de radiodifusión de la dictadura abrió el camino para la desmonopolización de los Medios. Hoy en día la Corte Suprema de Justicia tiene en sus manos la posibilidad de revertir lo que Menem hizo y que Niembro justificaba. Un fallo ejemplar pondría fin al monopolio mediático.

De todas maneras aunque la Corte jugara sin más demora para el lado de la justicia, la correlación de fuerzas que la Ley 26.522 promueve, no se modificaría lo suficiente. Con la caída del monopolio y sin que las fuerzas sociales, culturales, económicas y políticas junto al Estado, acuerden un plan de sostenibilidad del nuevo y democrático sistema de medios los “eventos naturales extremos” seguirán golpeando por sorpresa (como sucedió el miércoles pasado) y los ciudadanos -no solo los que ocupan cargos importantes- seguirán condicionados a la construcción que los Medios hacen de la realidad.

Sea cual fuere el lugar que ocupemos en la sociedad estaremos sometidos a ser juzgados sumariamente aunque no hayamos cometido delito alguno.

Aunque el avance es lento, la remoción de la Ley de la dictadura debe celebrarse como uno de los tantos actos revolucionarios impulsados por el gobierno kirchnerista, en otras latitudes donde ocurren hechos similares, no cuentan con legalidad alguna para enfrentar la arbitrariedad mediática y el linchamiento social que ella produce.

La batalla ideológica, la batalla cultural, la misma que alguna vez se dio contra la concentración que del conocimiento hacían los claustros religiosos, se ganó democratizando el acceso a la información. Hoy estamos ante una situación similar. El tema es que identifiquemos claramente el enemigo, que sepamos trazar alianzas y que finalmente con la multiplicidad de voces e interpretaciones podamos acceder a una calidad institucional que los Medios concentrados (y el seguidismo que el resto debe realizar para disputarle el sentido) impide y deteriora.

Las grandes políticas que en línea con el histórico proyecto nacional impulsa el gobierno no son debatidas en los Medios.

Par los Medios las políticas son temas y así mostrados pueden reducirse a cualquier cosa. Así es posible tomar partido por países que cuestionan las políticas proteccionistas del kirchnerismo sin decir que ese es el método que utilizan en el exterior. La recuperación del patrimonio nacional, a través del control estratégico de la energía y de los alimentos, puede exhibirse como una agresión a débiles empresas extranjeras, perseguidas por la desmesura K.

El poder del dispositivo mediático logra disimular la valentía de la presidenta en la lucha por la soberanía en Malvinas y censura las políticas promovidas por su gobierno buscando que la crisis mundial impacte lo menos posible sobre el trabajo y la producción de los argentinos. En ese caos temático, sin ningún miramiento ni respeto por la verdad, deciden llevar al cadalso al vicepresidente Amado Boudou.

Y casi todos los actores involucrados (jueces, fiscales, acusadores y acusados) disputan la pantalla. Pantallas de Medios que tienen una estructura que condiciona a quien allí aparece. En ese toma y daca el Medio ya no solo es el mensaje, es la realidad que ellos construyen.

Los argentinos tenemos una situación inmejorable, hay una Ley y un debate sobre la comunicación que puede definirse para el lado de la verdad y el conocimiento y de paso impedir que cualquier ciudadano sea juzgado y condenado sumariamente (como sucedía en dictadura) aunque luego se demuestre que no cometió delito alguno.


Néstor Piccone

08/04/2012

MALVINAS Y EL MOVIMIENTO OBRERO

Cuando el gobierno establece algunos temas como políticas de Estado estas se convierten en agenda. Fue lo que hizo la presidenta Cristina Fernández con Malvinas, como antes lo había hecho con el 24 de marzo, la Ley de Medios o la 125, por nombrar los más significativos.
El dispositivo comunicacional, una pared muchísimo más grande que el gigantesco muro que Roger Waters montó en el Monumental, no pudo evitar el tema. Hasta Alejandro Fantino dejó de jugar con las Putas Vip, suspendió el juicio a Florencia Peña con que se floreó en la semana y convocando a Nicolás Kasanzew hizo un programa sobre los actos heroicos de los soldados en Malvinas.
 Pocos días antes del 2 de abril de 1982, la CGT convocó a un paro general, fue el corolario de una sucesión de movidas que el (siempre dividido) movimiento obrero bajo el liderazgo de Saúl Ubaldini y la Comisión Nacional de los 25 venía realizando desde abril de 1979 contra los planes económicos de la dictadura militar.
La Asociación Ilícita, que invadió Malvinas estaba comandada por Leopoldo Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basilio Lami Dozo, y desde diciembre de 1981 había decidido profundizar (aún más) la dependencia económica ungiendo como ministro de economía a Roberto Alemann.
Lanzada la aventura y cuando se veía que EEUU no iba a sostener el “toco y me voy” propuesto por Galtieri; Robertito Alemann lanzó un plan de emergencia económico que recién se haría realidad en los años 90 de la mano de Carlos Menem. Sin ponerse colorado Alemann quiso aprovechar la efervescencia popular y propuso un paquete económico con desinflación, desregulación y desestatización de la economía con privatizaciones a mansalva.
Los trabajadores ya venían padeciendo congelamiento de salarios y aumento de impuestos y Alemann había decidido quitarle los subsidios a las empresas del Estado. ¡Ojo! Sin atender las desigualdades de ingreso como se intenta hoy en día.
El sueño de Alemann duró poco; la resistencia, que había tenido su epicentro el 30 de marzo iría in crescendo y las movilizaciones mezclarían festejo con bronca. Porque las razones que llevaron a la Huelga General tenían que ver con la situación de los trabajadores, de los argentinos y nadie se confunde aunque algunos pretendieran dar la pelea por la independencia y soberanía mezclado con injusticia social. En la memoria popular las tres banderas van juntas.
El dispositivo mediático, ahora como entonces, está definido por el cerco. Las informaciones en foco ocultan muchas facetas de la realidad. Y, entre otras cosas, niegan la existencia del país profundo.
El 30 de marzo de 1982, además de la multitudinaria marcha a Plaza de Mayo, hubo movilizaciones  y protestas en Tucumán, Rosario, Mar del Plata y Mendoza que dejaron un sindicalista muerto, 300 heridos y 4.500 detenidos.
En la 9 de Julio además de Ubaldini, estaban el metalúrgico Lorenzo Miguel y el camionero Ricardo Perez. Del otro lado y en contra de la marcha estuvo la CGT del plástico Jorge Triacca.
En Mendoza asesinaron a José Benedicto Ortiz, secretario general de la Asociación de Obreros Mineros de Argentina (AOMA), murió cuando se manifestaba pacíficamente frente a la casa de gobierno. El gobernador era el civil Bonifacio Cejuela, integrante del Partido Demócrata.
30 años después y a instancias del legislador kirchnerista Gustavo Arena se le rindió el primer homenaje a Ortiz.
La democratización de la comunicación, como política de Estado es una construcción cultural.
Cristina, tiró al ruedo el tema Malvinas: los intelectuales de Plataforma respondieron con una posición anglofílica o, cuanto menos, funcional a los intereses del imperio y como sucede con la comunicación actual, rizomática en los resultados, también tuvo otras derivaciones más nacionales y populares.
Porque antes del 2 de abril hubo un 30 de marzo obrero, que surgió como respuesta a las políticas de Roberto Alemann, quien como sucede con Mauricio Macri creen que detrás de una carrera de autos o de una causa justa se puede colar el ajuste o la dependencia.
La política como la historia, a pesar del muro, se construyen diariamente y al final los ladrillos caen por el propio peso de la realidad.


 Néstor Piccone

02/04/2012

PATOGÍAS SOCIALES, COMUNICACIÓN Y POLÍTICA

La madre, el genocidio,  los jóvenes  y de cómo Magnetto perdió la agenda.

Cada texto en su contexto. No hay ninguna acción humana que se justifique fuera del tiempo que le toca atravesar.

Una madre, mujer despechada, un country, un crimen hecho visible impúdicamente  a través de los Medios. Un modo de conocer la realidad y de intervenir en ella: condicionados, muy condicionados. Tanto que el resultado puede ser que como “no se puede seguir así, matemos a la madre asesina por hija de puta.” Los medios habilitan cualquier palabra mientras esté dirigida a la condena de una persona  que no cuestiona su política pero al mismo tiempo pretenden cargarse toda política que intente contradecirlos.

20 años después de la dictadura, en el apogeo del menemismo, la CTA convocó a un acto unitario contra los crímenes del hoy reaparecido dictador Videla. Fueron las movilizaciones más grandes de repudio, pero, un detalle: habían pasado 20 años. Un tiempo para que las generaciones contemporáneas pudieran acomodar masivamente sus ideas. Como consecuencia de estas marchas un grupo de exiliados argentinos en España, con  Carlos Slepoy a la cabeza decidió iniciar en el juzgado de Baltasar Garzón un trámite judicial trascendental para la memoria y la verdad. Fue El Proceso al proceso militar.

Impunidad, individualismo, countries, lo privado llevado al extremo. El paradigma del sálvese quien pueda. Delitos sin castigo, indultos a culpables de crímenes atroces: violadores, torturadores de bebes,  exhibiendo en el privado de una celda el fruto de sus vientres a madres vejadas, desnudas y sangrantes, inermes. El modelo modela y la impunidad retroactiva alimenta nuevas formas de crímenes. La cultura de los ´90 comienza a caer 20 años después.

Los medios y la espectacularización de la noticia. La banalización de la cultura y todo a favor del modelo de acumulación económica de las corporaciones por sobre el Estado y la gente. Un mundo donde los jóvenes tienen sólo la salida de la delincuencia  o  las bandas de música. Mal sexo, droga, rock and roll y violencia controlada. El modelo modela.

En el año 2003 este espiral de vacío y anomia comienza a ponerse en cuestión. Néstor Kirchner, primero y luego Cristina se  hacen cargo del problema cultural. Se puede volver a pronunciar la palabra Estado, lo colectivo tiene sentido y la comunicación se pone al servicio de hablar de lo que no se habla. Los jóvenes primero dudan, pero luego entienden  que algo de la política tiene que ver con ellos. La Ley de Medios les devuelve una causa y estas se multiplican rápidamente, se politizan, viven: encuentran una salida y esta se comunica a través de la política.

Al niño lo mató la madre y ella confiesa frente a una cámara que impunemente se mete por una ventanilla. Los medios no se cuestionan la honestidad; el recato no los comprende, soberbia en lugar de modestia. La nota vale y el morbo gana. La patología gana y sin modelos a su alcance se impone la impunidad de los medios. Un reducto que aparece impermeable al modelo que va por el respeto, por el cuidado del otro. Un modelo que sanciona los delitos, por eso cada 24 de marzo, nuevos jóvenes van a la plaza y los niños que crecen preguntan por el significante Madre, Abuela, Plaza de Mayo. O nos salvamos juntos o no se salva nadie.

Magnetto confundido ante el cambio cultural se le escapa la tortuga. Neutralizado por la fuerza de la agenda política,  con el crimen del country busca recrudecer el relato más patológico de la sociedad ese que se inició el 24 de marzo de 1976. Embanderado con el modelo autoritario, monopólico, privatista (donde ocupa un lugar central) busca que Cristina clausure la construcción del nuevo modelo social, cultural, económico y político. No puede parar la modificación de la carta orgánica del Banco Central, que el Parlamento le exija a Macri su responsabilidad como gobernante y que la cultura gane con la condena definitiva al avenimiento, tras los abusos.

El dispositivo mediático, aunque permanezca casi intacto, esta semana no pudo con la realidad de la comunicación política.

25/03/2012

jueves, 17 de mayo de 2012

Perón, Cristina; La Cámpora y Hadad


En los años 70 Juan Domingo Perón definía que Latinoamérica debía entrar Unida al siglo XXI, y alertaba que esa unidad era para impedir que nos dominaran aquellos que vendrían por la “energía y los alimentos”; riquezas fundamentales para la seguridad de los habitantes del planeta.

La muerte no derrotó a Perón, las políticas que impulsaba fueron arrasadas junto a miles de jóvenes militantes primero por la dictadura y luego por el modelo neoliberal de los ´90. Redujeron a servilismo los cuerpos de más de 50 mil compañeras y compañeros, y luego  por vía de las privatizaciones y desguace del Estado dominaron las vías de comunicación que podían revertir el proceso cerrando criminalmente el ferrocarril y entregando los Medios a un par de grupos económicos-mediáticos.

No por casualidad el vendaval privatizador comenzó por los Medios de Comunicación. Se necesitaba manejar la agenda para confundir a la ciudadanía y a los propios gobernantes y periodistas quienes creyeron que la política como el Estado debía subordinarse a los grupos económicos concentrados.

Los gobiernos de Kirchner, Chávez, Evo, Lula, Dilma y Correa retomaron esa agenda que, desde el fondo de la historia, viene luchando por la justa distribución de la riqueza, la justicia social y la soberanía nacional y regional.

Los Medios que están al servicio de los grupos económicos concentrados y transnacionales,  tienen claro que sus intereses serán recortados con el avance popular sobre los gobiernos. Es por eso que cuando no pueden imponer sus políticas; crean confusión; así lanzan  para esta semana que: Cristina lleva a la Argentina al aislamiento (Morales Solá y van der Kooy) que no controla el orden, (Grondona) o que ese aislamiento es producto de la patológica pérdida de realidad con que vienen castigando a la presidenta casi desde que accedió al cargo allá por el 2007. (Varios).

El gobierno de Cristina mantiene la agenda de los pueblos: seguridad energética y alimenticia. Busca desmontar el entramado urdido por las privatizaciones que inteligentemente montó una red de alianzas económicas entre grupos y países dominantes que es difícil de desmontar. Repsol no es YPF, es una empresa española con lobby estatal y monárquico que tiene ganancias con el petróleo en un país como España que no lo tiene. De Vido está a la cabeza de este desmalezamiento, Moreno en impedir que la crisis terminal que vive la globalización neoliberal nos lleve puestos. Y aunque no están solos, para los Medios  son el eje del mal.

Pero detrás de la hojarasca mediática; en el campo nacional: hay juego y hay equipo. Desde la gestión estatal y desde las organizaciones sociales, políticas, culturales, económicas (a veces sin demasiada coordinación) se construye colectivamente un modelo social y cultural (sino cómo se explica el fallo de la corte sobre el aborto no punible).

Una perlita de la semana que pasó: dos hombres que expresan los distintos modelos y que a través del acompañamiento político-mediático a uno y otro se puede comprender la disputa. Axel  Kicillof y  Angel Etchecopar. La Cámpora y el Grupo Hadad. Uno expresa la juventud que no se comió el relato de los ´90, que aprendió de la resistencia a las privatizaciones y el desguace del Estado, que se capacitó y que recupera la militancia; el otro, es el discurso mediático de la discriminación y  la violencia, que impulsó el sálvese quien pueda, que sumó violencia a la inseguridad, que convive en su propia casa con una Glock calibre 40, con una Magnum 357, una 38 PLG Special, una escopeta del 12/70 y dos pistolas 9 milímetros.

Dos modelos en disputa, todos los días y todo el tiempo. Y los Medios como escenario virtual… pero por suerte la política y la voluntad de una militancia joven y  no tanto que, como Cristina, expresa y construye la agenda inconclusa de los ´70, leyendo los medios pero haciendo política y gestionando el  Estado. Ideas, herramientas y gestión.

Néstor Piccone

18/03/2012

EL DISPOSITIVO ESTÁ CASI INTACTO


El relato
“Desde entonces no existieron las treguas, salvo el paréntesis de enero por su trastorno de salud. Debió empezar el ajuste económico aplazado por el duelo. Empeoró la relación con Hugo Moyano. Amaneció el primer paro nacional docente en ocho años de kirchnerismo. Retornaron los endémicos problemas de transparencia que se corporizan en Amado Boudou, el vicepresidente. Escaló la intolerancia para convivir con sus adversarios políticos a los cuales considera detestables enemigos como Mauricio Macri. Para colmo la presidente reaccionó con lejanía frente a la tragedia ferroviaria de Once.”
“Falla la política y falla también la gestión.”
“Buscar la razón de esas palabras (en referencia a los dichos de Schiavi y De Vido resultaría vano. Tal vez convendría rastrearlas en manuales de psiquiatría.”
Eduardo van der Koy. Clarín 11 de marzo de 2012. Panorama Político.
“Crisis institucional en puerta, la frivolidad del vicepresidente, Máximo Kirchner como el panóptico K” son algunos de los textos que se suman a este relato unificado de los diarios La Nación, Clarín y Perfil.
La ley no cambió la correlación de fuerzas
En la primera reunión del año de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, (creadora de los 21 Puntos que derivaron  en la histórica promulgación de la Ley de Medios) una frase resumió el encuentro: La Ley no cambió la correlación de fuerzas.
Si bien hubo un importante avance cultural en línea de desmitificar la denominada independencia de la prensa con respecto a la ideología, la política y la economía; el dispositivo, que trasciende la alianza editorial, que todos los días se puede leer en Clarín, La Nación y Perfil, sigue casi intacto.
Más allá de que muchos periodistas y militantes de la comunicación defendamos y aportemos a la dirección intrínseca que tiene el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner; es importante que, además de posicionarnos frente al relato mediático, avancemos en la construcción de herramientas comunicacionales que  lleven en su conformación  las nuevos modelos de producción  económicos, culturales, sociales y políticos. No se puede dar esta batalla con las mismas herramientas que utilizan los grupos concentrados y transnacionales de la economía y la comunicación. No es solo la disputa de sentido, es construyendo un nuevo dispositivo latinoamericano, nacional y popular.
Garantizar la multiplicidad de voces trasciende la disputa de sentido que se le pudiera encontrar al mal denominado ajuste, las acusaciones contra Boudou, las agachadas de Durán Macri o la disputa por el control nacional, estatal y social por el transporte y la energía de los argentinos.
La multiplicidad de voces, surge del establecimiento de un nuevo mapa comunicacional que no se define por concurso de ingresos económicos ni sólo por la promoción de contenidos propios, que son necesarios y plausibles; sino por una  discusión profunda entre el Estado y los actores sociales, políticos, económicos y culturales para hacer una nueva comunicación. Con  los valores y las palabras de los que aún no tienen acceso a los Medios.
Desde allí marcaremos una agenda, que en una semana como esta debería incluir la divulgación de los principios productivos que regirán el cambio a la carta orgánica del Banco Central, la lucha por la recuperación pacífica de las Malvinas, la discusión por el nuevo modelo de transporte y el control de la energía, tomando a YPF como bandera.


Néstor Piccone


11/03/2012