Rodolfo
Walsh anticipó las atrocidades que cometería la dictadura militar
cuando planteó que la policía utilizaba la picana eléctrica para tortura
a los detenidos. En el momento en que Rodolfo realizó la denuncia,
varios años antes de 1976, la tortura se aplicaba a presos de toda
condición. La política, el sindicalismo, la iglesia, los medios, no
reaccionaron y de alguna manera la picana eléctrica se naturalizó.
Durante
la dictadura militar se fusilaba a mansalva a presos indefensos y luego
se difundía en los medios que los muertos se habían producido en
enfrentamientos. El viernes 26 de abril en Resistencia, Chaco,
se condenó finalmente al capitán del Ejército Norberto Tozzo uno de los
máximos responsables de la masacre de Margarita Belén (diciembre de
1976) donde bajo el esquema de falsos enfrentamientos o intentos de huida se fusiló a 22 militantes populares.
Mauricio
Macri está en campaña. Quiere diferenciarse del gobierno nacional en
muchas cuestiones. Una de ellas es la forma de reprimir. El kirchnerismo
y no sin pagar algún costo, desde el año 2003, avanzó en la línea de no
utilizar armas para disuadir; propuso y logró avanzar en protocolos que
cambiaron la acción directa por
la persuasión. Fue y sigue siendo una contribución a la no violencia.
Esto ayudó a bajar las agresiones entre los humanos que están a un lado y
al otro de un conflicto.
El
modelo que Macri impulsa, es el de los negocios privados apoyado en
políticas de Estado y su modelo lo promueve en salud, educación,
comunicación, vivienda, inmobiliario. Ese modelo sólo avanza con
represión. Ya se vio bajo la dictadura, y se vivió bajo los 90 con
represiones selectivas como las de Teresa Rodriguez, los caídos en el
Puente de Corrientes-Chaco en el 99 y las muertes del 20 y 21 de
diciembre o Kosteki y Santillán ya
en el nuevo siglo. Hubo más. Macri este año profundizó su modelo
represivo, ese que comenzó en el Parque Centenario, siguió en el Teatro
San Martín y llegó al Borda.
Los
Medios, los que integran el dispositivo tecno-económico-mediático del
Mercado siguen utilizando el mismo esquema: no sólo ocultan la verdad
sino que mienten descaradamente. Mentira que, de llevarse a la justicia,
debería ser condenada por el delito de encubrimiento. Encubrimiento que
garantiza la impunidad. El mismo delito por el que está en prisión el
arquero Pablo Migliore.
Pero
a diferencia de lo que sucedía en la época de Rodolfo Walsh, bajo la
dictadura militar o en la década de los ’90, la conciencia de la
política, los sindicatos, los medios y hasta algunos sectores de la
iglesia no dejan pasar estas articulaciones entre represión y
encubrimiento mediático. Existen los organismos de Derechos Humanos y
lo más importante una militancia juvenil parida por las políticas de la
última década que responden con más democracia a las agresiones de los
violentos. Y si no fijémonos como fue la patoteada que se comieron los
pibes de La Cámpora en La Plata a manos de los mercenarios del Pata
Medina y como, con total impunidad, los
integrantes de esa misma organización amenazaron a quienes llevaban
detenidos a los golpeadores seriales. Y todo bajo la cobertura mediática
de Enfrentamientos.
El
clima de inseguridad tuvo un ingrediente novedoso. En la semana los
Medios y la oposición política crearon un clima de violencia que si no
llegó a mayores fue por la prudencia de los pocos que se movilizaron
frente al Congreso y la paciencia de quienes fueron sus destinatarios.
Impúdicamente Lilita Carrió convocó
a impedir el tratamiento de las Leyes en el Congreso, y denunció a
mansalva pactos inexistentes. La incitación a la violencia, amplificada
por los Medios, finalmente creó un clima de violencia; sino ¿ cómo se
justifica el botellazo de un diputado contra el Chivo Rossi en plena
sesión? ¿Cómo se explican los intentos de las diputadas Patricia Bulrich
y Graciela Camaño de arrancar el micrófono al presidente de la Cámara
de diputados? ¿Cómo se justifica el emparedamiento de 12 diputados por
todos los Medios por una organización financiada por fuerzas de la
derecha estadounidense? Y hay más, mucho más ejemplos que demuestran
como la derecha incita a la violencia. El ataque político-policial al
Borda es la gota que rebalsa.
Una
más: ¿no es violento que los Grupos Económicos Concentrados
transnacionales, con capacidad de fijar los precios, motoricen la
inflación y/o los sojeros gatillen el dólar blue con la intención de
obtener una devaluación que les permitiría ampliar la tasa de ganancia a
costa del hambre y la desocupación de los argentinos?
Néstor Piccone
29/04/2013
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